divendres, 8 de juny del 2012

La Cueva Madre : una explicación del arte paleoparietal

Pues sí. Ya tengo mi hipótesis de trabajo sobre el arte paleoparietal : algunas de las pinturas en las paredes de la cueva fueron ofrendas destinadas a la alimentación de la Cueva Madre.

Esta hipòtesis no se puede extender absolutamente a toda la producción artística parietal pero sí a la más significativa y bella. Es decir a aquella que fue realizada cuando la cueva se convirtió en el único habitat que garantizaba la supervivencia de la nueva especie que estaba naciendo. A la cueva en estas condiciones le llamo la Cueva Madre. Y ello porque, de forma parecida a Jean Clottes, admito la existencia de una relación del troglodita con el espíritu de la cueva.

Clottes habla, sin embargo, de los espíritus de la cueva con los que los trogloditas dialogan a través del arte en las paredes. Clottes me ha dado la pista, ciertamente. Pero yo hablo de una individualidad. De un único espíritu de la cueva con el que los trogloditas se relacionaban a través del arte. (Nota1)
(A localizar ubicación) ¿A alguien le recuerda esto las columnas y las alturas góticas?

Y a esta relación  le confiero una característica muy especial : la representación del animal era el alimento ofrecido por el troglodita a la Cueva Madre. Una ofrenda encaminada a asegurar la estabilidad y la continuidad del hábitat. Una ofrenda que pudo sustituir a sacrificios rituales reales más antiguos.

Esta demostrado que el bestiario parietal es el más importante. En él no aparecen animales de subsistencia, diríamos, menores que aparecen en el arte mobiliar, por ejemplo.

Las manos en negativo. Las ofrendas de manos, a modo de exvotos. Así era como se representaba a sí mismo el hombre paleolítico individualmente. La simultaneidad de las manos con el bestiario sería otra prueba de contrastación de la hipótesis.

Hay que demostrar ahora la simultaneidad de la representación plástica con determinadas condiciones climáticas o sociales que hicieron de la cueva en un momento determinado de la prehistoria, el útero gestante de la nueva humanidad fuera de la cual no era posible la continuidad como especie.

Sería esta la época de la cueva. Pero no ya como refugio ocasional y alternativo, sino como hábitat necesario.

Notas.-
Nota1.-
"(...) y también la misma cueva tiene sexo."(1,189).



Bibliografía.-
1.- El signficado del arte paleolítico, Memoria del curso desarrollado en la Univerisdad Internacional Menéndez Pelayo, del 12 al 16 de agosto de 2002,  FL 7 sig, Biblio Central de Cantabria-Santander.



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